Inicios de la fotografía social: Lewis Hine
Como breve introducción, desde RSEM consideramos que todo aquello relacionado con la educación y lo social tiene cabida en esta web y es por eso que queremos hablar del que se considera el padre de la fotografía social, Lewis Hine, que nos va a mostrar la realidad social estadounidense de finales de s.XIX y principios de s.XX; un testimonio gráfico y visual de la vida y de una sociedad no tan alejada en el tiempo de la nuestra...
Lewis Wickes Hine, (Oshkosh, Wisconsin, 26 de septiembre de 1874 – Nueva York, 3 de noviembre de 1940) fue un fotógrafo estadounidense.
Lewis Hine entra en la Universidad de Chicago en 1902, estudiando Sociología, carrera que continuó en las universidades de Columbia y Nueva York. En Nueva York, Hine trabaja de profesor en la Ethical Culture School. Durante estos años, Hine valora la cámara fotográfica como instrumento para la investigación, como instrumento para comunicar sus hallazgos a investigadores y la enseñanza a los niños de su colegio.
En 1908, Hine mantiene sus opiniones sobre la fotografía, pero añade que la principal misión de la fotografía es el arte, los factores estéticos de la fotografía, los demás objetivos eran secundarios. A la hora de realizar fotografías (él las realizaba con fines sociológicos) se veía antes como figura artística que como científico.
Parece que como parte de sus clases, viajaba a Ellis Island (Nueva York) para fotografiar los miles de emigrantes que llegaban cada día. Entre 1904 y 1909, Hine realizó más de 200 placas fotográficas y se dio cuenta también de la importancia de la fotografía documental como herramienta para el cambio social.
La aparición, a finales del siglo XIX, de numerosas entidades benéficas y comités de reforma que proponían una mejora de las condiciones sociales, y su activa participación en las actividades progresistas, hicieron que Hine dejara su puesto de docente en 1908, para convertirse en el fotógrafo oficial del National Child Labor Committe (NCLC; Comité Nacional de Trabajo Infantil), organización creada para luchar contra el empleo infantil en la industria pesada, documentando el trabajo de los niños en campos, minas y fábricas, recolectando algodón, vendiendo periódicos o ayudando a sus familias a pelar nueces.
Hine demostró que no es lo mismo decir en un periódico que los niños trabajaban en condiciones deplorables que mostrarlo con una fotografía.
Así que, de este modo, con sus imágenes, Hine persuadió a la opinión pública de su tiempo y sus fotografías ayudaron a presionar a las autoridades para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y de los inmigrantes. También se dice que sus fotografías facilitaron o contribuyeron a que se hicieran leyes relacionadas con la seguridad laboral o el trabajo infantil.
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A finales de la Primera Guerra Mundial, la Cruz Roja americana contrató a Hine para documentar las consecuencias de la guerra en Europa. Estas fotografías, como todas las que había hecho, tienen el mismo y único principio: despertar una toma de conciencia y consiguió para la Cruz Roja la concesión de ayudas económicas.
Ya en los años 20, seguramente influido por los grandes avances tecnológicos de la época que creyó una ayuda para el trabajador, inició una serie de fotografías tituladas “retratos de trabajo” (work portraits) en las que fotografiaba al hombre y a la máquina en una especie de homenaje a la contribución del hombre a la industria moderna. Alguna de sus imágenes ha influenciado la iconografía o representación posterior de la época, junto a otros clásicos como la película de Chaplin “Tiempos Modernos”.
En los años 30, las condiciones habían cambiado y en 1932 publicó su colección 'Men at Work', documento fotográfico sobre la construcción del Empire State Building.
Su obra fue donada al Museo Internacional de Fotografía George Eastman House, en Rochester.
En 1936 fue seleccionado como fotógrafo de la National Research Project de la Works Projects Administration, pero este trabajo nunca fue terminado. Sus últimos años parece que fueron duros ya que la gente perdió interés en su trabajo. Se dice que terminó perdiendo su casa y solicitando ayudas, un curioso final para alguien que luchó por los más desfavorecidos. Olvidado y sin patronazgo para sus obras, muri en la misma pobreza que había fotografiado.